18/11/2025

Anoche soñé que, después de morir, volvíamos a ver nuestra vida desde el momento exacto en que nacíamos. Todo el tiempo, cada segundo, como testigos invisibles. Y al llegar a aquel día de 1986 en que acompañé a mi padre a comprar el Ford Escort, sonaba esta canción. Pero solo podía oírla yo.


Era otoño. Ya había anochecido cuando salimos del concesionario. Mi yo niño iba detrás, de espaldas a la marcha, viendo desaparecer las luces de las calles. Yo le observaba como si aquel niño no fuese yo mismo. El coche olía a nuevo como solo entonces olían los coches a nuevo. 

Lloré todo el camino de vuelta a casa.