Todo acabará cuando llegue agosto
la voz de los cantantes, el tacto de las hojas,
la felicidad engañosa de ciertas promesas.
Porque todo termina donde empieza agosto;
la enfermedad y la furia, el amor y la inocencia,
las tarrinas de helado de mascarpone y fresa.
Empezará otro agosto, este agosto.
Ya no habrá más lágrimas en terminales,
ni pornografía entusiasta, ni invisibles.
Llegará agosto, el verdadero agosto,
y lo que ayer nos sacudía el corazón
hoy solo nos hará menear la cabeza.
Todo acabará cuando llegue agosto,
porque todo termina donde empieza
agosto, afortunadamente.